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La paternidad y la maternidad encierran claramente  el concepto de la crianza y desarrollo de un niño. A eso nos referimos cuando invocamos estos términos y a eso nos dedicamos los que creemos que en los buenos vínculos familiares se desarrollan personas que en estos tiempos pueden hacer uso de su vida y poner en juego sus deseos y ambiciones.

Sin embargo la atención psicológica de niños y familias así como la intervención en áreas de salud nos enfrenta cada día más al desafío de encontrar respuestas viables a los conflictos que se dirimen entorno a la pareja parental y la crianza y sostén de los hijos.

Cuando estos reclamos llegan, por lo general, ya evaluamos daños tanto a nivel de la pareja parental como el de los hijos, que por su naturaleza resultan más vulnerables y necesitan de todo el apoyo posible.

La práctica nos indaga diariamente, nos hace reposicionarnos, pensar nuevamente, dirigir nuestra intervención al conocimiento individual de la familia en crisis y a plantear las distintas líneas de trabajo a seguir.

Ya hace mucho tiempo que venimos investigando en esta línea, tratando de entender el sufrimiento de un niño que padece maltrato infantil en el seno de su familia, el quiebre que esto provoca a la hora de ser develado además de las consecuencias en el psiquismo y en la vida diaria de los integrantes de estas familias.

Hoy después de haber recorrido la evaluación de daño en los niños, las características personales en los adultos, las intervenciones de las instituciones de salud y justicia, nos preocupa el entender acerca del funcionamiento de las funciones parentales y así poder hacer un giro y adelantarnos a la situación traumática.

Hoy nuestra intención es poder conocer acerca de las competencias parentales necesarias para que un niño pueda, en relación con los  adultos convivientes,  crecer y desarrollarse.

Con esa intención en 2014 comenzamos con un estudio que partió de desarrollos teóricos previos, Función materna y maltrato infantil, Colombo 2009, competencias parentales, Febbraio 2012,  Competencias socioemocionales, Mikulic (ICSE)2013-2015.

Estos estudios nos permitieron ver cómo los padres de niños que habían sido víctima de maltrato, se diferenciaban de los padres de población general en todas las competencias estudiadas pero en particular y con una mayor significación en aquellas relacionadas con la Conciencia de las emociones, la Empatía y la Autonomía.

Estos padres evaluados mostraron no contar con la suficiente empatía como para situarse en el lugar de su hijo, estar atento a sus necesidades o poder ser conscientes de su posible sufrimiento.

De la misma manera se observó que carecían de autonomía, madres en general dependientes del adulto agresor que no podían proteger a sus hijos.

Mostraron además una falla en la conciencia de sus emociones, como si actuara en ellos la llamada anestesia emocional que les impedía sentir y reaccionar  respecto de ciertas situaciones de maltrato.

Esto nos permitió avanzar en nuestro estudio y comenzar a conceptualizar cómo las competencias ligadas al vínculo, al sostén y al rol parental se veían disminuidos en los padres de familias maltratadoras.

En un segundo momento intentamos trabajar no sólo con aquellas competencias socioemocionales sino además agregar el concepto de vulnerabilidad desde un marco que comprendiera esa disposición en relación a la percepción de calidad de vida y el apoyo social.

Zukerfeld y Zukerfeld (1999: 38-54) definen el desvalimiento psíquico como «resultado del interjuego de sucesos vitales de valor traumático, de la red vincular del sujeto y de su calidad de vida. Si a ello le sumamos la imposibilidad de elaborar tales influencias nos encontramos con individuos en los cuales ha operado una importante escisión en su personalidad».

Los autores asocian el concepto de vulnerabilidad sobre tres factores indispensables: la historia de acontecimientos traumáticos; la calidad de vida alcanzada y las características históricas y actuales de la red de vínculos intersubjetivos con su valor de sostén e identificatorio.

Por lo tanto se debió estudiar la percepción de estos padres de su bienestar emocional y material y del apoyo que recibían de la familia, de los amigos y de las relaciones sociales en general.

Un nuevo estudio sobre padres de niños judicializados en contraste con padres de niños de población general volvió a mostrar diferencias significativas en cuanto a las competencias parentales y en cuanto a la percepción de bienestar y apoyo social.

Competencias Parentales - Rosa Ines Colombo

$20.792,00
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Sin embargo la atención psicológica de niños y familias así como la intervención en áreas de salud nos enfrenta cada día más al desafío de encontrar respuestas viables a los conflictos que se dirimen entorno a la pareja parental y la crianza y sostén de los hijos.

Cuando estos reclamos llegan, por lo general, ya evaluamos daños tanto a nivel de la pareja parental como el de los hijos, que por su naturaleza resultan más vulnerables y necesitan de todo el apoyo posible.

La práctica nos indaga diariamente, nos hace reposicionarnos, pensar nuevamente, dirigir nuestra intervención al conocimiento individual de la familia en crisis y a plantear las distintas líneas de trabajo a seguir.

Ya hace mucho tiempo que venimos investigando en esta línea, tratando de entender el sufrimiento de un niño que padece maltrato infantil en el seno de su familia, el quiebre que esto provoca a la hora de ser develado además de las consecuencias en el psiquismo y en la vida diaria de los integrantes de estas familias.

Hoy después de haber recorrido la evaluación de daño en los niños, las características personales en los adultos, las intervenciones de las instituciones de salud y justicia, nos preocupa el entender acerca del funcionamiento de las funciones parentales y así poder hacer un giro y adelantarnos a la situación traumática.

Hoy nuestra intención es poder conocer acerca de las competencias parentales necesarias para que un niño pueda, en relación con los  adultos convivientes,  crecer y desarrollarse.

Con esa intención en 2014 comenzamos con un estudio que partió de desarrollos teóricos previos, Función materna y maltrato infantil, Colombo 2009, competencias parentales, Febbraio 2012,  Competencias socioemocionales, Mikulic (ICSE)2013-2015.

Estos estudios nos permitieron ver cómo los padres de niños que habían sido víctima de maltrato, se diferenciaban de los padres de población general en todas las competencias estudiadas pero en particular y con una mayor significación en aquellas relacionadas con la Conciencia de las emociones, la Empatía y la Autonomía.

Estos padres evaluados mostraron no contar con la suficiente empatía como para situarse en el lugar de su hijo, estar atento a sus necesidades o poder ser conscientes de su posible sufrimiento.

De la misma manera se observó que carecían de autonomía, madres en general dependientes del adulto agresor que no podían proteger a sus hijos.

Mostraron además una falla en la conciencia de sus emociones, como si actuara en ellos la llamada anestesia emocional que les impedía sentir y reaccionar  respecto de ciertas situaciones de maltrato.

Esto nos permitió avanzar en nuestro estudio y comenzar a conceptualizar cómo las competencias ligadas al vínculo, al sostén y al rol parental se veían disminuidos en los padres de familias maltratadoras.

En un segundo momento intentamos trabajar no sólo con aquellas competencias socioemocionales sino además agregar el concepto de vulnerabilidad desde un marco que comprendiera esa disposición en relación a la percepción de calidad de vida y el apoyo social.

Zukerfeld y Zukerfeld (1999: 38-54) definen el desvalimiento psíquico como «resultado del interjuego de sucesos vitales de valor traumático, de la red vincular del sujeto y de su calidad de vida. Si a ello le sumamos la imposibilidad de elaborar tales influencias nos encontramos con individuos en los cuales ha operado una importante escisión en su personalidad».

Los autores asocian el concepto de vulnerabilidad sobre tres factores indispensables: la historia de acontecimientos traumáticos; la calidad de vida alcanzada y las características históricas y actuales de la red de vínculos intersubjetivos con su valor de sostén e identificatorio.

Por lo tanto se debió estudiar la percepción de estos padres de su bienestar emocional y material y del apoyo que recibían de la familia, de los amigos y de las relaciones sociales en general.

Un nuevo estudio sobre padres de niños judicializados en contraste con padres de niños de población general volvió a mostrar diferencias significativas en cuanto a las competencias parentales y en cuanto a la percepción de bienestar y apoyo social.