BAJO EL LÁTIGO El problema conceptual del masoquismo De Laura Rangone Este hombre subterráneo tiene en su paradoja un color acentuado, una marca fascinante: le gusta sufrir y, además, lo busca con ahínco. Por momentos su voluntad masoquista, su búsqueda humillante aparece nítida, deslumbrante y en otros, su agresión verbal, su violencia insolente y destructora hace pedazos al otro o a la otra. Nuestro hombre no es un actor de Sacher Masoch, no es un masoquista perverso, ese que ha narcotizado, escribe Freud, a su principio del placer. Ése es feliz con su placer mortificante, no se queja del dolor, lo goza dulcemente. Exploraremos esta diferencia con el texto de Laura Rangone. En la obra de Lacan encontró tres tipos de masoquismo: uno estructural, otro pulsional y el tercero, perverso. Con precisión y detalle dedica al primero los dos capítulos iníciales. En los dos que siguen ubicará con arte esta diferencia que intento encarnar en este prólogo entre la pulsión masoquista o sadomasoquista y el masoquismo jugado en la perversión. El cuarto capítulo está dedicado enteramente a describir la estructura de la perversión masoquista. De los varios rasgos que encuentra en la obra de Lacan me concentro en uno de los más novedosos, la posición de Amo del masoquista. La sumisión y humillación disimulan la forma en que el masoquista maneja al Otro, intenta alcanzar su angustia. Podríamos seguir detallando los pormenores del texto de Laura y caeríamos en el pecado de la redundancia, entonces, es mejor propiciar su lectura pero sin dejar de anotar sus virtudes: rigor y análisis detallado de los textos de Lacan, como comida central, un atractivo vermouth epistemológico que abre el apetito y un modo escritural reflexivo, pensante que riega como un buen vino toda esa cena conceptual.